Un ejemplo de análisis ABC es la evaluación de los niveles de inventario en un almacén. Al clasificar la cantidad total de mercancías en función de su volumen de ventas (por ejemplo, mercancías A, mercancías B, etc.), se puede averiguar qué artículos generan más ventas y, por tanto, en cuáles conviene invertir más. Esto puede ser útil para los almacenistas, ya que les permite planificar y gestionar mejor sus inventarios. Otra aplicación del análisis ABC es la evaluación de grupos de clientes. Observando las ventas de cada grupo de clientes, las empresas pueden averiguar qué grupo de clientes es el más rentable y qué agrupación necesita más atención. Esto ayuda a las empresas a dirigir sus estrategias de marketing y ventas a los grupos de clientes que prometen más valor. Es importante que las empresas sepan cómo utilizar eficazmente los resultados del análisis ABC. Con esta comprensión, pueden planificar y asignar mejor los recursos y tomar decisiones eficaces sobre la inversión en productos específicos o agrupaciones de clientes, lo que en última instancia conduce a una mayor rentabilidad de la empresa.
1. Paso: Adquisición de datos
El primer paso para realizar un análisis ABC es la recopilación de datos. Antes de empezar a dividir en A, B y C, hay que anotar toda la información relevante. Esto incluye detalles como cifras de ventas, información sobre precios, cantidades de inventario o datos de clientes. Esta información debe referirse a un periodo de tiempo predeterminado para que sea posible comparar las distintas mercancías y realizar así un análisis significativo. En cuanto se dispone de todos los datos necesarios, se puede continuar con el ejemplo de análisis ABC. Dependiendo de la empresa, pueden utilizarse determinados criterios para la clasificación de los productos, como por ejemplo el volumen de ventas, las existencias o el número de pedidos de los clientes. Existen diferentes tipos de Análisis ABC n función del campo de aplicación - cada empresa tiene sus criterios individuales requeridos y puede adaptarlos y utilizarlos en función de los datos recogidos.
2. Paso: Clasificación en elementos A, B y C
El segundo paso del análisis ABC es la clasificación de los artículos en A (valor alto), B (valor medio) y C (valor bajo). Este paso consiste en asignar los artículos en función de diversos criterios relevantes para el éxito del análisis. Por ejemplo, el volumen de negocio, las cifras de ventas, los niveles de existencias, las cantidades pedidas o el número de ventas por periodo. Cuando se examinan detenidamente todos estos criterios, se puede asignar cada artículo a su categoría respectiva y realizar así el análisis ABC. Por ejemplo, una empresa puede decidir que los artículos con ventas elevadas pertenecen a la categoría A y, por tanto, requieren una atención especial. En cambio, los artículos con ventas más bajas pertenecerían a la categoría B o C y recibirían un tratamiento diferente. Por lo tanto, es fundamental examinar detenidamente qué artículos ofrecen resultados especialmente rentables. En conclusión, un análisis ABC es una herramienta útil para ayudar a las empresas a tomar decisiones. La clasificación previa de los artículos en A, B y C es una parte esencial de este proceso y proporciona la base para la posterior planificación del inventario, así como otras medidas relevantes en las operaciones diarias de la empresa.
3. Etapa: Creación de elementos de control y estrategias comerciales para gestionar las decisiones de compra
En este paso deben definirse los elementos de control y las estrategias comerciales para garantizar que las decisiones de compra las toman las personas adecuadas. Los elementos de control deben diseñarse de modo que tengan un vínculo directo con los objetivos de la organización, garantizando así que todas las decisiones se tomen con vistas a alcanzar los objetivos. Las estrategias comerciales también deben garantizar que sólo se incluyan en la cartera de compras productos con el nivel adecuado de riesgo y rentabilidad.